Inicio - VIS Vaticano - Recibir VIS - Contáctenos - Calendario VIS

El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

últimas 5 noticias

VISnews en Twitter Ver en YouTube

jueves, 14 de noviembre de 2002

JUAN PABLO II VISITA EL PARLAMENTO ITALIANO

CIUDAD DEL VATICANO, 14 NOV 2002 (VIS) - Juan Pablo II visitó hoy el parlamento italiano: es la primera vez en la historia que un pontífice habla ante las cámaras reunidas de esa institución italiana. El Papa ha visitado con anterioridad los parlamentos de la República de San Marino, de Canberra (Australia) y de Varsovia, en su Polonia natal.

  Con este motivo se ha acuñado una medalla que será entregada a los parlamentarios, mientras el Ministerio de Comunicaciones italiano ha publicado una postal conmemorativa con el parlamento como telón de fondo de un retrato de Juan Pablo II.

  El Santo Padre salió del Vaticano a las 10,45 de esta mañana acompañado por el cardenal secretario de Estado, Angelo Sodano, los arzobispos Leonardo Sandri, sustituto para Asuntos Generales y Jean-Louis Tauran, secretario para las Relaciones con los Estados y los obispos James Harvey, prefecto de la Casa Pontificia y Stanislaw Dziwisz, prefecto adjunto. Unos diez minutos después el cortejo papal llegaba al Palacio de Montecitorio, sede de la Cámara de Diputados.

  El Papa y su séquito fueron recibidos por los presidentes y secretarios generales de la Cámara y el Senado y por una guardia de honor. El presidente italiano Carlo Azeglio Ciampi y el presidente del Consejo de Ministros, Silvio Berlusconi, saludaron al Papa antes de que entrase en la Cámara para pronunciar su discurso. Una vez allí, una banda de carabineros tocó los himnos pontificio e italiano, tras lo cual Pierferdinando Casini, presidente de la Cámara y Marcello Pera, presidente del Senado, pronunciaron unas breves palabras de saludo.

  Juan Pablo II comenzó su discurso agradeciendo la "solemne acogida" que se le ofrecía "en esta sede prestigiosa".

  "¡Los lazos existentes entre la Santa Sede e Italia -exclamó- son realmente profundos! Sabemos bien que han pasado por fases y circunstancias muy diversas, sin escapar a vicisitudes y contradicciones de la historia". Sin embargo, dijo, estos lazos "han suscitado impulsos muy positivos tanto para la Iglesia de Roma, y por tanto, para la Iglesia católica, como para la querida nación italiana".

  Refiriéndose posteriormente a la historia de los siglos pasados, el Papa afirmó que "la identidad social y cultural de Italia y la misión de civilización que ha realizado y realiza en Europa y en el mundo bien difícilmente se podrían comprender fuera de aquella savia vital que está constituida por el cristianismo".

  El Santo Padre invitó a confiar en el "patrimonio de virtudes y de valores transmitido por los antepasados", ya que "sobre la base de una confianza similar se pueden afrontar con lucidez los problemas complejos y difíciles del momento presente, y dirigir la mirada con audacia hacia el futuro, interrogándonos sobre la contribución que Italia puede aportar a los desarrollos de la civilización humana".

  El Papa constató que para que Italia pueda expresar mejor sus dotes características necesita "incrementar su solidaridad y cohesión interna". La solidaridad, añadió, "tiene profundas raíces en el ánimo y en las costumbres del pueblo italiano y actualmente se expresa entre otras cosas, en numerosas y beneméritas formas de voluntariado".

  "Vosotros mismos -afirmó dirigiéndose a los diputados y senadores-, como responsables políticos y representantes de las instituciones, podéis dar en este campo un ejemplo especialmente importante y eficaz, mucho más significativo cuanto la dialéctica de las relaciones políticas lleva en cambio a evidenciar los contrastes".

  Juan Pablo II subrayó que "los desafíos que se plantean a un Estado democr tico exigen por parte de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, independientemente de la opción política de cada uno, una cooperación solidaria y generosa a la construcción del bien común de la Nación. Por otra parte, esta cooperación no puede prescindir de la referencia a los valores éticos fundamentales inscritos en la naturaleza misma del ser humano. (...) Efectivamente, si no existe ninguna verdad última que guíe y oriente la acción política (...) 'las ideas y las convicciones pueden ser fácilmente instrumentalizadas para fines de poder. Una democracia sin valores se convierte fácilmente en un totalitarismo abierto o engañoso, como demuestra la historia'".
 
  "No puedo dejar de mencionar, en una circunstancia tan solemne -dijo el Papa- otra grave amenaza que pesa en el futuro de este país, condicionando su vida y sus posibilidades de desarrollo. Me refiero a la crisis de los nacimientos, al descenso demogr fico y al envejecimiento de la población. La evidencia cruda de las cifras nos obliga a tomar acto de los problemas humanos, sociales y económicos que inevitablemente esta crisis plantear  a Italia en los próximos años".

  "La acción pastoral en favor de la familia y de la acogida de la vida (...) son la aportación de la Iglesia al desarrollo de una mentalidad y una cultura que hagan posible una inversión de tendencia en este sentido. Pero también hay amplio espacio para una iniciativa política que, manteniendo firme el reconocimiento de los derechos de la familia como sociedad natural fundada en el matrimonio (...) haga menos costosa social y económicamente la educación de los hijos".

  Refiriéndose después a la formación y educación de las personas, el Papa dijo: "En una época de cambios radicales, en la que parecen irrelevantes las experiencias del pasado, aumenta la necesidad de una formación sólida de las personas. También éste, ilustres representantes del pueblo italiano, es un sector en el que se solicita la colaboración más amplia para que las responsabilidades primarias de los padres encuentren apoyos adecuados".

  "Por otra parte -agregó-, está claro que para el sabio el ser humano es importante en cuanto tal por lo que es más que por lo que tiene. El valor humano de la persona está en relación directa con el ser y no con el tener. Por eso, una nación que se preocupa por su futuro favorece el desarrollo de una escuela en un clima de sana libertad y no ahorra esfuerzos por mejorar su calidad".
 
  "El verdadero humanismo de un cuerpo social -dijo el Pontífice- se manifiesta particularmente en la atención que concede a sus miembros más débiles. Mirando al camino que ha recorrido Italia en estos casi sesenta años desde las ruinas de la Segunda Guerra Mundial, no se pueden dejar de admirar los ingentes progresos llevados a cabo para conseguir una sociedad en la que todos tengan garantizadas condiciones aceptables de vida. Pero también es inevitable reconocer la crisis tan grave, todavía, del empleo, sobre todo entre los jóvenes y las muchas pobrezas, miserias y situaciones de marginación, antiguas y nuevas, que afligen a tantas personas y familias italianas o inmigradas en este país. Es muy grande por lo tanto, la necesidad de una solidaridad espontánea y capilar".

  Recordando que las instituciones públicas deben ser artífices de esa solidaridad, el Santo Padre especificó que "en esta perspectiva y sin comprometer la tutela necesaria de la seguridad de los ciudadanos, merece atención especial la situación de las cárceles, en las que los presos viven a menudo penosamente hacinados. Un signo de clemencia mediante la reducción de la pena constituiría una manifestación clara de sensibilidad, que les estimularía a comprometerse personalmente de cara a una reinserción positiva en la sociedad".

  "Una Italia segura de sí misma y cohesiva internamente constituye una gran riqueza para las otras naciones de Europa y del mundo", afirmó el Papa. "Quiero compartir con vosotros esta convicción en un momento de definición de los perfiles institucionales de la Unión Europea y cuando parece estar a las puertas su ampliación a muchos países de Europa Central y del Este, casi como un sello a la superación de una división contraria a su naturaleza".

  Refiriéndose a esta ampliación, el Santo Padre recalcó: "Es necesario guardarse de una visión del continente que tenga en cuenta solo los aspectos económicos y políticos o que se complazca en los modelos de vida inspirados en un consumismo indiferente a los valores del espíritu. (...) Es necesario comprometerse firmemente para que se asiente sobre los fundamentos éticos que constituyeron hace tiempo su base, haciendo espacio al mismo tiempo a la riqueza y a la diversidad de las culturas y de las tradiciones que caracterizan a sus naciones".

  "El nuevo siglo, apenas iniciado, trae consigo una necesidad creciente de concordia, de solidaridad, de paz entre las naciones -observó Juan Pablo II-. Desgraciadamente las esperanzas de paz se ven brutalmente contradichas ante el recrudecerse de los conflictos crónicos, empezando por aquel que ensangrienta a Tierra Santa. A esto hay que añadir el terrorismo internacional y la dimensión nueva y terrible que ha asumido, implicando de forma completamente distorsionada a las grandes religiones. En una situación de este tipo, en cambio, las religiones deben hacer resurgir todo su potencial de paz, orientando y casi 'convirtiendo' a la comprensión recíproca a las culturas y civilizaciones que en ellas se inspiran".

  "En esta gran empresa de cuyo resultado depender  en las próximas décadas la suerte del género humano -concluyó el Santo Padre-, el cristianismo tiene una capacidad y una responsabilidad peculiares: al anunciar al Dios del amor se propone como la religión del respeto recíproco, del perdón y de la reconciliación. Italia y las otras naciones que tienen su matriz histórica en la fe cristiana están casi intrínsecamente preparadas a abrir nuevos caminos de paz a la humanidad, sin ignorar el peligro de los desafíos actuales, pero sin dejarse atrapar tampoco por 'una lógica del conflicto incapaz de ofrecer soluciones concretas".
 
  Al terminar su discurso, Juan Pablo II recibió la campanilla de plata que anunciaba el principio de la sesión pública común del parlamento. Después se trasladó a la Sala de los ministros, donde se encontró con representantes de las instituciones políticas y jurídicas. A las 13,00, el Santo Padre salía del Palacio de Montecitorio.

JPII-DISCURSO PARLAMENTO ITALIANO;...;...;...;VIS;20021114;();


DECRETO: SE RENUEVA EL PLAN DE ESTUDIOS EN DERECHO CANONICO

CIUDAD DEL VATICANO, 14 NOV 2002 (VIS) - La Congregación para la Educación Católica acaba de emanar un Decreto con el que se renueva el plan de estudios en las facultades de Derecho Canónico. El Decreto, que ha sido ratificado y confirmado por el Papa, está fechado el 2 de septiembre y lleva la firma del cardenal Zenon Grocholewski y el arzobispo Giuseppe Pittau, S.I., prefecto y secretario del dicasterio.

  En el texto se explica que "el plan de estudios para conseguir la licenciatura, como estaba establecido por la Constitución Apostólica 'Sapientia christiana', promulgada por Juan Pablo II en 1979 ya no resultaba válido para el estudio y la comprensión de las disciplinas". En consecuencia, "al terminar el bienio de licenciatura, la formación jurídica de los alumnos no alcanzaba el grado de conocimiento del derecho de la Iglesia que se exige actualmente para cumplir las funciones eclesiásticas que requieren una específica preparación en derecho canónico".

  Por otra parte, se lee en el Decreto, mientras "se habían potenciado las disciplinas teológicas y pastorales en las facultades teológicas y en los seminarios mayores, se había prestado menos atención y tiempo a las instituciones de derecho canónico y a la lengua latina".

  Tras consultar con todas las facultades e institutos de Derecho Canónico erigidos por la Congregación para la Educación Católica se llegó a la conclusión de que "el plan de estudios de licenciatura se prolongase a tres años o seis semestres en el segundo de los tres ciclos y que el primero fuese absolutamente obligatorio y mejor estructurado".
   El Decreto entrar  en vigor al inicio del año académico 2003-2004.

...;DECRETO DERECHO CANONICO;...;...;VIS;20021114;280;


Copyright © VIS - Vatican Information Service